viernes, 11 de noviembre de 2011

Deseo...

Los deseos son sin duda los más grandes anhelos que guardamos para momentos especiales, pedir un deseo es tan complejo y un proceso tan delicado en la hazaña de no rebelarlo, los deseos son como las fotografías acumulamos a montones a lo largo de nuestras vidas, así se cumplan o no se cumplan luchamos por alcanzarlos y que se nos cincele una sonrisa.


Desearía miles de cosas en este momento, pero sé que no puedo volver al pasado, si en mi mente pero no físicamente, también quisiera traer a la tierra a esas personas que se fueron al cumplir su tiempo aquí, desearía … solo felicidad, desearía hasta a veces llegar a ser inmortal
Ansiaría ser el deseo oculto de alguien, así como yo deseo entrar en la mente de esa persona, nada complicado solo leerte un segundo el pensamiento y por más efímero que esto suene y parezca quisiera recibir una señal oculta.


Quisiera más que nada tal vez deshacerme de esas molestias que persiguen que censuran que apuñalan lo que aparentemente no es correcto anhelo que entren en razón hay cosas que no merecen ser desaprobadas, hay gente que necesita expresar lo que otros expresan sin temor.


Me enseñaron desde que tengo uso de razón que el día de mi cumpleaños existe un momento hecho solo para mi, ese preciso instante en el que las luces de las velas causan resplandor, ese segundo en el que todos los que están a tu alrededor se encuentran pendientes de la sublime expresión al pedir tu deseo, quizá de niños pedíamos cosas ilusorias como llegar a ser famosos conforme pasaba el tiempo se hacían más complejos y se fijaban en situaciones netamente personales.


Y ahora al momento de pedir un deseo, solo pienso en cerrar los ojos y creer en que todo saldrá bien.

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